El uso de la Serpiente como Símbolo de Jesucristo

El uso de la Serpiente como Símbolo de Jesucristo
El hecho de que Moisés levantara una serpiente de bronce (Número
21:8-9) como un símil de Jesucristo (Alma 33:19-22), quien otorgaría sanación
espiritual para las almas que estuviesen afectadas por el veneno del pecado,
genera varias interrogantes, siendo la principal ¿por qué emplear una imagen de
una serpiente, símbolo de satanás para algunos, para representar lo opuesto, al
Salvador?
Para avanzar en la comprensión de la utilización de este
emblema ante los israelitas, debemos comprender inicialmente la naturaleza de
los símbolos. Así como hoy el buitre
representa para nuestra cultura la muerte y la rapiña, para los antiguos
egipcios representaba los dones y la presencia de la maternidad (Nejbet,
Diccionario de Egiptología, p.137); de igual forma podemos observar que el
significado que se le otorga a un símbolo varía según la época y el lugar.
Ciñéndonos a la cobra hemos de destacar que era entendida
como beneficiosa, protectora y justiciera, ya que castigaba con su picadura a
aquellos que habían cometido actos de poca rectitud.
En este aspecto también representaba conceptos de vida,
orden, de legitimidad real, es decir de la divina realeza, identificada con la
cobra que se encuentra sobre la frente de los monarcas y del dios solar Ra, a
los que protege de sus enemigos (el mal, el caos). Cumpliendo esta función
podemos hallarla tanto en la frente del dios como flanqueando ambos lados del
disco solar alado y este motivo se encuentra, al menos, desde el reinado de
Sahura en el Reino Antiguo. La cobra era una divinidad solar, considerada la
hija de Ra, pero además era la personificación de su propio Ojo*. (Egipto,
símbolo de lo sagrado, páginas 111, Elisa Castel Ronda, Editorial Anderabán)
Moisés hizo esta serpiente de bronce para un grupo
particular, israelitas que por cientos de años como pueblo habitaron Egipto, en
especial el bajo Egipto, lugar donde la serpiente tenía un rol en la realeza.
Es la serpiente Uadyet, símbolo del Bajo Egipto, que se representa junto al
buitre (emblema del Alto Egipto) en la frente del Faraón. Esta serpiente tenía
forma de una cobra y representaba principalmente protección divina sobre el
Faraón, además debido posiblemente a su constante cambio de piel, también
representaba la resurrección (Wikipedia Ureus). También llegó a simbolizar el
calor abrazador del sol y ser vista como una llama de fuego (Rosa Thone,
egiptología.org), figura similar a la columna que dirigía a Israel durante la
noche(*). Los israelitas difícilmente vieron en la serpiente de bronce un
símbolo de Satanás, más bien asociaron la imagen a protección otorgada
divinamente.
Los miembros de la Iglesia de Jesucristo SUD ven en la Serpiente emplumada que formaba
parte del culto Maya, una representación de Jesucristo. Este Quetzalcoatl es
considerado el dios blanco barbado que prometió que regresaría, este dios
correspondería con Jesús según la narración de 3 Nefi.
Antes de conducir a Israel fuera de Egipto Moisés debió
demostrar el poder de Jehová sobre el poder de los sacerdotes egipcios. Se
realizó un enfrentamiento entre las fuerzas de lucifer frente el poder inagotable
del Señor. Moisés y Aarón recibieron las instrucciones del Señor para realizar
la primera de las señales al Faraón, Aarón arrojó su vara que se convirtió en
serpiente, la vara de Aarón llegó a ser un símbolo de poder del sacerdocio,
esta misma vara fue instrumento de otro milagro al florecer, símbolo de la
resurrección del Salvador; la serpiente que surgió de este milagro, que fue
débilmente imitado por los magos del Faraón, demostró su superioridad sobre las
serpientes de los hechiceros devorando a
cada una de ellas, con un mensaje inequívoco del poder sin límites de Jehová,
el Mesías pre-terrenal. Es impensable sostener que si la serpiente hubiese sido
un símbolo del mal en ese entonces, Dios la escogiera para representar su poder
sobre el mismo mal.
La imagen de la serpiente como símbolo de Satanás parte con
el relato la Caída, esta narración llegó al pueblo de Israel por medio de
Moisés, aunque haya sido conocida en dispensaciones anteriores. Cuando
posteriormente se hace referencia a Lucifer como “aquella serpiente antigua”(*)
está hablando o señalando el mismo relato de la Caída, un acontecimiento
antiguo para la humanidad. La pregunta importante es ¿Por qué Moisés utilizó la
imagen de la serpiente para indicar al Tentador, a Satanás, en su papel de
traer confusión y la duda?
No es necesario mencionar que el relato de la Caída, como lo
tenemos en las Escrituras, contiene muchos elementos simbólicos, por lo que
podemos perfectamente ver en la utilización de la serpiente la intención de
Moisés de enseñar algún principio al pueblo de Israel.
Una de las principales características de Satanás, que las
escrituras intentan enseñarnos, es su papel como engañador, embustero y
mentiroso. Satanás y sus demonios buscan permanentemente que caigamos en el
engaño, no seguirlo directamente, sino que pensemos que seguimos a Dios pero en
realidad nos apartamos de sus caminos creyendo que hacemos lo correcto. Pablo
nos hace esta advertencia con claridad en 2 Corintios 11:14, por un caso de
usurpación de autoridad. En los anales nefitas se menciona en conjunta la
habilidad de Lucifer para engañar hasta llegar al punto de mostrarse casi como
un ángel de luz, “iguales a ese ser que engañó a nuestros primeros padres,
quien se transforma casi en ángel de luz” (1 Nefi 9:9). Una vez mudo Korihor
escribió “me ha engañado el diablo; pues se me apareció en forma de ángel”
(Alma 30:53). José Smith se envió enfrentado a este engañador cuando se
presentó en las riveras del río Susquehanna como ángel de luz para desviarlo de
su misión, debiendo aparecer Adán o Miguel para discernir el engaño (DyC
128:20), José pudo aprender de esta experiencia entregando y enseñando las
claves de cómo descubrir el engaño (DyC 129:8).
En la misma escritura hebrea no existe gran diferencia para
las palabras serpiente y Serafim, “שָׂרָף
Ardiente, calificativo dado a cierto tipo de serpientes venenosas (Núm.21:6;
Deut. 8:15). — saráf meoféf = serpiente voladora (Isa. 14:29). 2) Serafín,
espíritu que se manifiesta como fuego (Isa. 6:2; Ver Diccionario Bíblico RVA).
— Pl.” (Lexicón Hebreo-Arameo-Español).
La intención de Satanás era hacerse pasar por el Mesías, o
por lo menos por su representante con poder y autoridad. La audiencia de Moisés
debía ver que este símbolo del Mesías estaba siendo usurpado con el fin de
confundir y desviar a la humanidad. Satanás se acercó a Eva con un mensaje
mesiánico en Moisés 4:10 diciéndole “de cierto no moriréis”, este es una
declaración que sólo quien venciese la muerte podría entregar (3 Nefi 28:7-8).
Satanás siempre ha tenido el deseo de ocupar el lugar de Jesús, Moisés lo sabía
personalmente, cuando fue tentado por él en persona Lucifer declaró que él era
el Unigénito y le mandó que lo adorase (Moisés 1:19).
Un elemento que no debemos olvidar al relacionar la
Serpiente con el Salvador, es la Gematría, que es un modo de interpretación en
la cual valores numéricos sustituyen cada letra en una palabra. Al hacerlo, el
valor numérico de la palabra podría compararse con otra palabra con el mismo
valor numérico. La palabra hebrea para Mesías es mashiyakh y suma 358 en
gematría. Y al parecer no accidentalmente, la palabra para serpiente es nakhash
que suma el mismo valor numérico. De esta forma existe una relación entre la
palabra serpiente y Mesías, pudiendo ser esta la intención de Moisés registrada
por él en Números 21.
Conclusión
Se debe comprender que aunque muchos símbolos poseen más de
un significado, particularmente el
símbolo de la serpiente representa dos elementos especialmente opuestos.
La
serpiente fue un símbolo de Cristo para Moisés y para Jehová, no un símbolo de
Lucifer, de otro modo nuca Dios hubiese permitido su utilización para
representar al Mesías. Tanto la vara de Aarón como la serpiente de bronce
fueron emblemas mesiánicos, fáciles de comprender para el pueblo de Israel. Con
el fin de enseñar la estrategia de Satanás para engañar a los hombres, en el
relato de la caída se muestra a Lucifer personificado en una serpiente para
llegar a Adán y a Eva con emblemas propios del Mesías. A partir de este evento
comenzó a utilizarse la imagen de la serpiente asociada al diablo.
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