¿Sudó Realmente Sangre el Señor?


Richard Neitzel Holzapfel

Profesor de BYU



Con respecto a un famoso pasaje que se encuentra en Lucas 22, Bart D. Ehrman, autor de El Nuevo Testamento: Una introducción histórica a los primeros escritos cristianos (The New Testament: A Historical Introduction to the Early Christian Writings (New York: Oxford University Press, 2008), argumenta que los escribas añadieron el detalle de que “era su sudor como grandes gotas de sangre” (Lucas 22:44). Ehrman declara, “esta imagen de Jesús “sudando sangre”… puede encontrarse solamente en un pasaje del Nuevo Testamento, en Lucas 22:43-44. Este pasaje no está presente en nuestros más antiguos y mejores manuscritos del evangelio de Lucas”. Ehrman continúa, “de hecho, tal parece que los escribas que querían dar énfasis en toda la humanidad de Jesús y su gran sufrimiento humano, lo añadieron al relato de Lucas. Para estos escribas, Jesús no era tan sólo un ser divino que podía elevarse por encima de la pruebas y tribulaciones de esta vida. Él era humano en todos los aspectos y sufrió la clase de agonía que cualquiera de nosotros sufriría, si supiéramos que pronto íbamos a someternos a una muerte por crucifixión humillante y atroz. Mientras esta parece haber sido la visión del sufrido Jesús que tenían los escribas, no es la de Lucas” (491). Ehrman y otros eruditos especulan que este versículo fue introducido en el Nuevo Testamento alrededor del siglo V de la era cristiana.


Los Santos de los Últimos días, al igual que muchos otros lectores conservadores del Nuevo Testamento, siguen aceptando el conmovedor relato de Lucas sobre el sufrimiento en Getsemaní y no han estado dispuestos a eliminar este material de sus lecturas de las últimas 24 horas de Jesús.
Además, las escrituras de la Restauración confirman el relato de Lucas, proporcionándoles razones adicionales para retener este relato (véase Mosíah 3:7; Doctrina y Convenios 19:18).

Recientemente, un brillante y elocuente erudito del Nuevo Testamento ha planteado preguntas sobre las afirmaciones de Ehrman. Thomas A. Wayment, colega mío de BYU, publicó un innovador estudio, en una de las revistas especializadas en el Nuevo Testamento más importantes del mundo, acerca de un fragmento de papiro del siglo III (P69). Dice, “El fragmento fue sometido a correcciones subsiguientes de los escribas en al menos dos casos” (“A New Transcription of P. Oxy. 2383 (P69),” Novum Testamentum 50 [2008], 351).

Usando imágenes de multiespectro (una tecnología desarrollada por la NASA y aplicada por primera vez a manuscritos antiguos en BYU) descubrió que un escriba del siglo III al copiar de otro manuscrito, comenzó a escribir el relato del sufrimiento de Jesús según Lucas 22, pero luego se corrigió a sí mismo. Esto implica que el relato del sufrimiento de Jesús era conocido en épocas tan tempranas como el siglo III. Como resultado del trabajo cuidadoso de Wayment, ahora debemos reevaluar la propuesta de que un escriba del siglo V añadió estos versículos por razones teológicas.

Este artículo es significativo. Primero, señala un nuevo día en el entorno erudito de los Santos de los Últimos Días. Con eruditos mormones bien capacitados en el Nuevo Testamento, como Wayment, ahora podemos entablar diálogos de erudición más amplios sobre el Nuevo Testamento. En segundo lugar, este artículo resalta la importancia de la tecnología de imágenes de multiespectro en estudios sobre el Nuevo Testamento. Finalmente, plantea una seria pregunta sobre las afirmaciones dogmáticas de algunos eruditos sobre cómo estaba escrito el texto original del Nuevo Testamento. Por supuesto, los descubrimientos y los estudios en curso de los manuscritos y fragmentos griegos del Nuevo Testamento pueden añadir más perspectivas al relato de Jesús en Getsemaní.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
http://es.wikipedia.org/wiki/Hematidrosis

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