¿Lehí encontró a “otros” cuando llegó a la tierra prometida?

En algunos pasajes del Libro de Mormón se pude desprender que al llegar Lehi a la tierra prometida encontró a “otros” y que convivieron con ellos. Veremos por qué no se les menciona directamente pero la evidencia es clara con respecto de la presencia de “otros” en la formación de los pueblos nefitas y lamanitas.

El grupo de Lehi, al dividirse en la tierra prometida no debe haber sido mayor que veinticuatro personas, dentro de los cuales habían varios niños o sin la edad para casarse. No había más de siete parejas. Al dividirse en dos grupos los lamanitas fueron levemente más, pero al parecer mantuvieron esta diferencia en el futuro.

Al poco tiempo Nefi nos indica que su pueblo “comenzó a prosperar grandemente, y a multiplicarse en la tierra” (2Nefi 5:13). Después de quince años dice que Jacob y José habían sido llamados sacerdotes y maestros “sobre la tierra de mi pueblo” (2 Nefi 5:26, 28). Diez años después nos dice que su pueblo “ya había tenido guerras y contiendas” con los lamanitas (2 Nefi 5:34). Después que los nefitas existieron como pueblo por cerca de cuarenta años (Jacob 1:1) sus hombres comenzaron a desear tener “muchas esposas y concubinas” (Jacob 1:15). Si el grupo inicial de los nefitas hubiese sido veinticuatro personas, a esta fecha (Jacob 2:2), siendo muy generoso habrían 330 personas. De esta población es muy difícil entender que hubiese esposas y concubinas cuando la población de hombre y mujeres en grupos tan pequeños es casi siempre igual. Sería más fácil entender esta conducta si estuviese incorporado otro pueblo.

El relato del encuentro de Jacob con Sherem (diez años después tal ves) nos genera la misma duda. En su primer encuentro Sherem dice “Hermano Jacob, mucho he buscado la oportunidad para hablar contigo, porque he oído, y también sé, que mucho andas, predicando”(Jacob 7:6). Los varones adultos a esta fecha no debe haber sido mayor de 70 personas, y cabe preguntarse cómo es que Sherem no había tenido la oportunidad de ver a Jacob predicando en el Templo, por último en las festividades de la ley de Moisés, ya que él buscó mucho la oportunidad de hablar con él. La otra pregunta es qué tanto viajaba Jacob para predicar la palabra en un grupo tan pequeño. Además de dónde vino Sherem, ya que dice “vino entre el pueblo de Nefi un hombre que se llamaba Sherem” indicándonos tal ves que no era originario del pueblo de Nefi.

En el Libro de Jacob también se mencionan las guerras entre nefitas y lamanitas. Cualquiera de los bandos no hubiese tenido nunca más de 70 hombres de guerra, lo cual nos puede llevar a considerar la existencia de “otros” que estaban incorporados en ambos grupos.

La construcción del templo en la tierra de Nefi es muy interesante sobre el tema de la población entre los nefitas. Nefi dice que “edifiqué un atemplo, y lo construí según el modelo del templo de Salomón, salvo que no se construyó de tantos materiales preciosos, pues no se hallaban en esa tierra; por tanto, no se pudo edificar como el templo de Salomón. Pero la manera de su construcción fue semejante a la del templo de Salomón; y su obra fue sumamente hermosa” (2 Nefi 5:16). Al parecer el templo tuvo las mismas dimensiones que el templo de Salomón, parece decirnos Nefi que su única diferencia era que no contaba con los mismos materiales preciosos. El templo que edificó Salomón requirió de más de 160.000, hombres (1 Reyes 5), algunos dicen que cerca de 300.000. Pero imaginémonos cuántos habrá necesitado Nefi para construir el templo. Si hubiese utilizado 50 hombres hubiese demorado muchas décadas terminarlo modestamente. Pero para edificarlo en un periodo normal se hubiese necesitado a “otros” que colaboraran en ese proyecto.

Otra situación que me llama la atención es durante la misión de Alma y sus siete compañeros a los Zoramitas. “Ahora, los Zoramitas eran descendientes de los nefitas”. Al orar Alma dice “Oh Señor, sus almas son preciosas, y muchos de ellos son nuestros hermanos”, de esto nos surge inmediatamente la pregunta ¿a quiénes no consideraba sus hermanos? En el contexto de todo el Libro de Mormón los nefitas se refieren a los lamanitas, mulekitas e inclusive a los jareditas como hermanos (Mosíah 1:5 y 7:2, 13 y Alma 24:7-8; 46:22). Por tanto esto deja muy abierta esta posibilidad de “otros” dentro de las comunidades nefitas.

Se da otra situación curiosa cuando Alma predica en Amoníah, la cual no era una ciudad lamanita porque fue la primera que destruyeron al comenzar la guerra. Se va desanimado Alma de la ciudad y sólo un ángel lo persuade de volver, conoce a Amulek quien le dice “Yo soy nefita” (Alma 8:20), ¿qué sentido tiene esa frase si todos eran nefitas supuestamente en esa ciudad? Tiene más sentido si Amulek pudo reconocer a Alma como nefita debido a su idioma, etnia, o algún otro rasgo característico, y por alguna razón no era fácil distinguir a Amulek como nefita.

continuará...

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